Exclusive Talk: Antonella Farah, trayendo positivismo a través de la moda en Nueva York
Desde Colombia, llega una diseñadora, madre, y empresaria colombiana que con su historia ha podido construirse un nuevo camino, llegando a Nueva York, siempre creyendo en la buena energía, y es que sus primeros cincuenta, son una lección de vida.
Camaleónicas: Tenemos que decirlo. Cincuenta y regia.
Antonella: Si Danny, cincuenta gracias a Dios. Hoy tuve terapia con una mujer hermosa, que me hace acupuntura y me ayuda en terapia de vida, con ella hablamos y concluimos que estoy muy plena, tranquila y feliz.
“Los 50 los recibí con tanta gratitud, con tanto amor y mucho esfuerzo.” Antonella Farah
Foto @Tokyo_filmzz
A: El permitirme a esta edad poder crear y apostar por cosas diferentes en una ciudad como Cartagena, llevándome portazos en la cara, me ha hecho más feliz, porque me ha hecho retarme a mí misma el doble.
C: Eso es interesante, ¿qué hizo clic contigo? No solamente de decir, oye, esto es para Cartagena, sino esto lo puede ver el mundo.
A: Yo siempre he trabajado como promotora del turismo náutico en Colombia, por más de 25 años. En mi país la náutica es incipiente, escasa, desconocida. Los mares siempre han sido el enemigo, porque a través de él nos conquistaron los españoles y a través del mar salió la peor desgracia de este país, la droga. Mi trabajo durante 25 años ha sido que vean el mar como la oportunidad más grande que hay para desarrollar las costas y el país. El turismo náutico es el mayor generador de empleo en Colombia y adicional el de mayor poder adquisitivo. Entonces antes de todo esto, me dedicaba a viajar para promover la náutica, invitaban a dar conferencias en Brasil, España, Estados Unidos, sobre las bondades que ofrece Colombia para este segmento de turismo. Como me tocaba viajar mucho acorde con mis cuatro hijos (Federico, Salvatore, Geronimo y Domenico) hice clases de pintura una vez a la semana y ahí inició todo mi etapa de artista.
C: Entonces fue conectar con esa parte que tú tenías en ti ¿Cómo te diste cuenta?
A: Mi mamá era escritora, artista, historiadora, y en una visita me vio pintando con mis hijos y me dijo: “Anto, estás pintando bien, deja el papel y busca un lienzo.” Y yo como una buena hija rebelde le dije: “No, yo voy a buscar un jean y pintarlo.” No sabía ni que existían las pinturas de tela. Y justo el proyecto para el que trabajaba me dijo que debían suspender mi contrato y me venían unos meses con mucho tiempo libre. Así que ese mismo día, fui a comprar las pinturas y me puse mi primer jean.
… “No sé qué va a pasar en la vida. Primó el pintar. Y fui, compré pinturas, no sabía que había pinturas de tela. Cogí un jean viejo mío y empecé a pintar. Y entonces mis amigas me pedían que les pintara los de ellas también.” Antonella Farah
A: Y en la pandemia en Cartagena, lo último que uno se va a poner es un blue jean. Entonces, cogí mis tijeras y corté mi blue jean y les dije a mis amigas. Así inició todo, transformando los jeans en shorts, o como los llamo yo ¨mochos¨, porque Carlos Vives el cantante colombiano, los popularizó así. Y así me fui dando a conocer con los mochos pintados.
C: Así también comenzó tu camino hacia lo sustentable.
A: Así empecé a reutilizar cada pedazo de tela, cada pedazo de jean. En la pandemia, se enferma mi mamá, después se fue un mes en cuidados intensivos falleció. Mientras mi madre estaba en el hospital todos los días me despertaba a esperar el parte médico y a pintar. El dolor de la partida de mi madre fue tan grande, no la pude ver, no la pude despedir. Enfoque todo mi dolor, al poder sanador del arte.
C: El arte sana.
“El arte tiene el poder sanador más grande.” Antonella Farah
A: Me gusta compartir con mis amigas, me encanta salir, y como aún seguíamos en pandemia, era complejo comprar ropa, y la verdad esos días fueron de mucha crisis económica. No podía estrenar para salir y compartir; por lo que cogí mis jeans y empecé a hacer mis propios tops cocidos y pintados a mano. Y empecé a descubrir que con la ropa que me inventaba de lo que tenía en el closet, me sentía bien, cómoda y feliz. Fue ahí donde me encontré, que podía hacer eso para los demás.
A: Empecé sin máquina de coser. Tenía una señora que me lo hacía de forma satelital, solo que cuando llegaba con modelo de costura para ella era una pesadilla, pues era armar sobre lo Viejo y modelos no estandarizados.
C: El ser emprendedor es aprender en el proceso.
A: En todo este proceso, yo sabía que mi mercado no era Cartagena, que quizás mis amigas me compraban porque eran mis amigas, por esto tomé la decisión de viajar a Estados Unidos. Fui a Miami a visitar tiendas, pero no pasó nada, me devolví con mi maleta llena de sueños. Sin embargo, insistí y empecé un proceso de mejorar la calidad de mis productos.
C: ¿En qué momento conoces The Canvas?
A: Empecé a crear unos prototipos de lo que yo quería, de lo que a mí me gustaba, que creía yo que podía gustarle a los demás. Me fui por segunda vez a Estados Unidos e iba con la idea de una boutique que estaba en Wynwood, y cuando llegué, no había nada. Cruzando una calle me encontré con The Canvas, no estaba en mi camino pero llegué a la puerta. Y cuando entramos, todo lo que veíamos era lo que yo hacía. El administrador conocía a mi amiga y me dijo, aquí está el dueño, quieren hablar con él, y fue así. Dijo me gusta, mándame tu correo, mándame la información y así empezó todo.
Fui a comprar una máquina de costura y el almacén estaba cerrado, esto lo tomé como un mensaje, pero me dio mucha tristeza y frustración. Tengo fama de llorona, y me atacó el miedo por no poder tener el control de todo lo que quería hacer. Justo en ese momento llega una amiga y me dice “¿Por qué lloras?” Y le cuento mi frustración de no tener la máquina, y ella me dice: “Yo tengo máquinas y de las industriales, te las presto.” Ay, Dios mío, casi me muero de emoción. Esa es la señal.
Foto @Tokyo_filmzz
C: Yo creo que esa es la señal. No era la anterior. (risas)
A: No, no era la anterior. Al día siguiente, llegaron dos máquinas industriales a mi casa y yo decía y ahora qué hago con esto. Llamé a una persona que me conectó con un técnico de Singer, y el técnico me presentó a Olguita, quien es la modista que hoy en día es mi mano derecha en la costura de las prendas. Empezamos a producir, y en medio de todo el proceso me llama The Canvas, a decirme que cerraban la tienda de Miami… y otra vez empecé a llorar, pensé he perdido todo el esfuerzo, pero ellos me dijeron que me iban a recibir en la tienda de Nueva York. Y otra vez lloré, porque pensé Nueva York era demasiado grande y lejos para mí, además que lo que yo hago está más enfocado al estilo de vida de Cartagena, del Caribe, de Miami. Sin embargo, mi hijo me dice: “Mamá, deja de llorar, tú lo puedes lograr. Nueva York es más espectacular.” Y así fue como empecé a rediseñar todo para la Gran Manzana.
Pocos días antes del viaje para llevar mis primeras prendas a la tienda de NY, me llaman de The Canvas ofreciéndome pintar en su tienda. No podía creer lo que estaba sucediendo. Empaqué mis cosas, arranqué con todas las dificultades, esfuerzo y con todo lo que implica el miedo a lo desconocido. Y así fue como pasé de pintar en la esquina de mi casa, a pintar en el emblemático The Oculus.
C: Entonces se te abrieron nuevas puertas ¿Qué te dijeron en casa?
A: Cuando regresé de NY encontré que mis hijos me querían desalojar porque tenía media casa convertida en un taller (risas). Y mis hijos decían que ella está muy loca. Le dijeron al papá; entonces, mi esposo me consiguió un garaje, y me puse en la tarea de convertirlo en un taller de arte divino. Este lugar GarArte (Garaje de Arte), como he llamado a mi taller, se ha vuelto un lugar de referencia, donde la gente va a ser feliz, a pintar, a tomar vino, a cocrear conmigo.
“Mi lema es que si hay vino, hay esperanza” Antonella Farah
A: En Noviembre, me nominaron los premios de Miami, Latin Business Award, pero no gané. Sin embargo, ese mismo día, me llamaron del New York Fashion Week para invitarme a participar de la pasarela de Febrero del 2024. Muy humildemente, le expliqué a la persona que yo no sacaba colecciones, solo hago siete piezas de prenda y ninguna es igual a otra. Le dije que todavía no estaba para la gran pasarela y que no tenía los recursos financieros para asistir. Sin embargo, él dejó la puerta abierta para que yo explorara opciones para participar.
El panorama para mi participación en el NYFW estaba oscuro, pues no encontraba la forma de obtener los recursos económicos para lograrlo, sin embargo, una amiga me llamó y me dijo: “Tú te vas y con el fruto del trabajo de tus manos.” Su esposo está construyendo un hotel, y cuando lo termine, quiere que yo haga un mural, unos cuadros e intervenga todos los uniformes de los empleados, y el adelantó el pago un año antes para que tuviera los medios para participar en la semana de la moda de NY. Y así sucedió. Arranqué mi tarea de prepararme para sacar cinco looks que presenté en el New York Fashion Week, fue el mejor mes de trabajo de mi vida. No te puedo explicar la felicidad, el estrés, las emociones, todo. Nadie se lo esperaba, y como yo era la loca de los mochos (short de jeans), obviamente, yo presenté un mocho. También saqué unos looks absolutamente inesperados de mucho glamour.
C: ¿Qué mensaje le quieres dar a las personas que usan tus prendas?
A: Que es bonito y divertido darle una segunda oportunidad a un jean y convertirlo en una prenda de arte única. Yo hago este trabajo porque me hace feliz y para que quien luzca mis diseños también sea feliz. Simplemente eso.
Mi mensaje va muy enfocado a la juventud y sin lugar a dudas haber participado en esta gran pasarela me dio la oportunidad de darme a conocer y presentarle al mundo mis creaciones que yo las considero retazos de mil historias, pues cada prenda tiene pedazos de tela de varias personas. No es necesario invertir grandes sumas de dinero en ropa, muchas veces tiene más valor lo que se hace con las manos de mujeres valientes y luchadoras, como es mi equipo, y gozar de la magia de la transformación de algo tan cotidiano como un jean en una falda elegante y que la puedas lucir con la versatilidad en la playa o en un evento de lujo.
Este artículo está originalmente publicado en THE CANVAS, en su blog traducido al idioma inglés y adaptado.
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