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Mujer

Hombre, quiero felicitarte como el mundo me felicita a mí. Feliz día de la mujer

Antes de empezar, aclarar que esta es una nota de opinión y reflexión, no maltratemos lo que históricamente hemos avanzado y aprendido, y respetemos el camino que aún estamos por aprender. Con sencillez, apertura y escucha activa, hoy es un día para celebrar los pequeños y grandes logros, y comenzar a ser más tolerantes con que la lucha es constante y un compromiso de vida.

Hoy es el famoso y ya hasta comercialmente maltratado 8M, un día dónde desde que amaneces hasta que te vas a dormir la gente distinguirá más que nunca que tienes un género que te identifica y una sexualidad que debe ser “homenajeada”. Pero, ¿en qué momento se normalizó tener un día para recordar y 364 días para olvidar?

En la historia, las mujeres hemos ejercido distintos roles siempre, partiendo del hecho que ser el pináculo por un día no basta, al contrario siempre hemos sido los cimientos. Y aunque algunos grupos extremistas quieren hacer parecer que ser la base de algún entorno, o inclusive la sociedad en sí es una realidad terrible, creo que no hay mejor elogio en serlo porque sin nosotros no existiría la pirámide de la vida, la familia y la sociedad. El hecho de ser mujer diariamente, y reconocerlo, abrazarlo y pensarlo, nos invita a crecer constantemente, a pesar de los obstáculos. Eso también es algo que admirar, es algo que hace madurar, y te prepara para la vida.

Porque seamos justos, la vida no ha sido tan agradable ni para la mujer, ni para el hombre cada uno desde sus roles sociales. Si lo ponemos objetivamente en una balanza, ambos tuvieron tan extremas participaciones en el desarrollo de las civilizaciones y la humanidad que cada uno lo ha padecido a su forma. Eso podría ser un tema para otro artículo. Como dije, seamos sinceros, el no serlo sería un acto de egoísmo y si para resaltar a uno debes omitir, perjudicar o insultar al otro es pura inmadurez. Las cosas no son así, la vida adulta no debe ser así.

Y, a consecuencia de ello, es que debemos entender que este es un compromiso de vida, y que la lucha es constante; pero no contra otro género, sino contra uno mismo y sus propios tabúes ya sean impuestos por la sociedad y que se han quedado integrados a nuestros pensamientos, personalidad y que nos afectan y hacen infelices. La sociedad hoy está compuesta por una diversidad de géneros y el hecho que las mujeres queramos celebrarnos no está mal, sólo que recordemos lo que hemos alcanzado y como cimientos de lo que somos ayudemos a otros a alcanzar su potencial.

Busquemos en nuestro ser todos esos momentos que nos dan el verdadero poder. Nuestras acciones nos hacen poderosas, nuestras palabras nos hacen valientes y el hecho de existir abriendo puertas para uno mismo o para otros, nos hace leales a nuestro género. Eso es lo que la madurez femenina de las predecesoras antes que nosotros nos han enseñado.

Normalicemos que exista admiración por la gente que hace el bien. No importa el género, admiremos lo que haga el otro, aplaudimos sus logros. Quizás cuando entendamos eso nos daremos cuenta que más que celebrar o conmemorar un 08 de marzo, se trata de vivir con la frente en alto para hacer acciones que hagamos un mundo mejor.

Hoy felicitame por lo que soy, porque mañana yo te felicitaré por lo valioso que tú también eres. Eso es la equidad y el balance de la vida.

Camaléonicas

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