Dolce Capriccio el dulce placer de un negocio familiar de 22 años

Desde el año 2000 y de la mano de su fundadora, Pía Castañeda, abrieron en Miraflores un primer local que hoy se ha convertido en varias cafeterías que conquistan Lima
“Siempre he sido muy servicial en todo el sentido de la palabra, y ese espíritu lo comparto con mi familia y con todo el equipo. Buscamos generar lazos de unión y familiaridad con nuestros colaboradores”, sostiene la empresaria fundadora, quien además confiesa que el principal pilar del negocio es el ambiente laboral y desarrollo personal de cada integrante.
En la actualidad, la marca está apostando por la profesionalización de su equipo, la digitalización del negocio y la optimización de procesos. En los últimos 10 años el negocio ha crecido 10 veces en tamaño.

Por su parte, Patricia Muñoz-Najar, su hija, quien actualmente viene liderando con su madre el rumbo del negocio; comenta que, gracias al compromiso laboral, y a la implementación de nuevas herramientas innovadoras y tecnológicas, la familia Dolce Capriccio pudo perfeccionar sus procesos y mejorar de manera continua su oferta. “Somos una empresa familiar, ya que compartimos el mismo propósito de transmitir herencia y tradición”, agrega.

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